Descubre qué son los puntos gatillo, cómo la fascia influye en el dolor muscular y las mejores técnicas para aliviarlos. Aprende sobre terapia manual, automasajes y estiramientos efectivos.
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¿Alguna vez has sentido un dolor en el cuello o en la espalda que no desaparece, aunque intentes estirar o cambiar de postura?


Puede que la causa no esté en la articulación o el hueso, sino en un pequeño punto de tensión en el músculo: un punto gatillo miofascial.


Estos puntos son zonas de tensión dentro de las fibras musculares que generan dolor, incluso en áreas alejadas de su origen. Pero hay algo más que influye en su aparición y persistencia: la fascia, ese tejido conectivo que envuelve y conecta cada músculo de tu cuerpo.

(Más sobre la fascia en https://terapiadefisio.com/blog/superheroe



¿Qué son los puntos gatillo?


Los puntos gatillo miofasciales son pequeñas contracturas musculares que pueden generar dolor tanto en el punto donde se encuentran como en otras zonas del cuerpo, un fenómeno conocido como dolor referido.


Por ejemplo, un punto gatillo en el músculo trapecio puede provocar dolor en la cabeza, simulando una jaqueca. A veces, incluso pueden causar sensaciones de hormigueo o debilidad sin una causa aparente.


Cuando la fascia de una zona del cuerpo se tensa o se adhiere en ciertas zonas debido a malas posturas, estrés o inactividad, limita la movilidad del músculo y favorece la formación de puntos gatillo. Esto crea una especie de efecto dominó, donde el problema en un músculo se transmite a otros a través de la fascia.


Es por eso que, a veces, el dolor en la espalda baja puede estar relacionado con un punto gatillo en la parte superior de la pierna, o un dolor en el cuello puede deberse a una restricción en el tejido fascial del pecho.



Causas de los puntos gatillo


Los puntos gatillo no aparecen porque sí. Existen varios factores que pueden provocarlos:








Síntomas de los puntos gatillo


Si tienes puntos gatillo activos, es posible que experimentes algunos de estos síntomas:


? Dolor localizado o en otra parte del cuerpo (dolor referido).

? Sensación de rigidez o restricción al moverte.

? Debilidad en el músculo afectado, sin una lesión evidente.

? Sensación de nudos o bandas tensas en ciertas zonas del cuerpo.



Tratamientos para los puntos gatillo y la fascia


La buena noticia es que los puntos gatillo y la disfunción fascial pueden tratarse con diversas técnicas:



El fisioterapeuta aplica presión en el punto gatillo para desactivarlo y trabaja sobre la fascia para restaurar su elasticidad y mejorar el movimiento muscular.


Los estiramientos suaves ayudan a descomprimir la fascia y a relajar los músculos afectados por los puntos gatillo.


El calor mejora la circulación y ayuda a relajar la fascia y los músculos, mientras que el frío reduce la inflamación en casos de dolor agudo.


El uso de herramientas como pelotas de masaje o rodillos de espuma puede liberar la tensión en la fascia y disminuir la actividad de los puntos gatillo.


Adoptar hábitos como respiración profunda, meditación o ergonomía en el trabajo puede evitar la activación de nuevos puntos gatillo.



Conclusión


Los puntos gatillo no son solo nudos musculares: son el reflejo de un sistema de tensiones que involucra la fascia y la musculatura. Para tratar el dolor de forma efectiva, no basta con trabajar el músculo afectado, sino que es necesario abordar el tejido fascial y los patrones posturales que lo originan.


Si tienes dolores recurrentes, rigidez o limitaciones en el movimiento, es posible que los puntos gatillo y la fascia estén jugando un papel clave. La solución está en devolver el equilibrio a tu cuerpo con un tratamiento adecuado y cambios en tu estilo de vida.




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