Ya tienes la solución a la mayoría de tus problemas, pero no sabes cómo utilizarla.
Ni siquiera delante de tus narices, sino más cerca todavía.
Más cerca.
Más cerca aún.
Tanto que lo tienes dentro y no es tu luz interior ni tu guía espiritual.
Además es algo que haces sin más unos cuantos miles de veces al día.
Es tu respiración y tiene un poder increíblemente grande.
Sólo te falta saber cómo utilizarla para sacarte de encima tantas y tantas tensiones, que los fisios deberíamos tener estos trucos guardados para que nadie los utilizara.
Soy consciente de que voy en contra de los míos y de mis propios intereses, porque esto que te voy a enseñar te va a ahorrar muchas muchas sesiones de descarga muscular y alivio de contracturas.
No te preocupes por el tiempo. Tardarás menos en ejecutar esta técnica de lo que tardas en revisar la mochila del cole de tu hijo.
Como mucho 3 minutos.
Se trata de una técnica rápida que combina prestar atención a distintas partes del cuerpo con respiraciones extremadamente sencillas, para así ayudar a aliviar esas tensiones acumuladas, para enfrentarte a situaciones estresantes o a comenzar el día con mucha más claridad y determinación.
No necesitas conocimientos ni preparación previa. El ejercicio está guiado por audio y además, tienes un apoyo en texto que tendrás para siempre.
Lo aprenderás a hacer sin guía ni apoyo en cuanto lo hagas dos o tres veces. Es muy sencillo.
Cuando conozcas esta técnica podrás:
- Reducir el estrés y la sensación de estar sobrepasada → Ayuda a desconectar, calmar la mente y liberar la sobrecarga emocional en pocos minutos.
- Liberar tensiones musculares acumuladas → Especialmente útil para aliviar rigidez en cuello, hombros, mandíbula y espalda, provocada por malas posturas, estrés o sobrecarga.
- Favorecer la relajación profunda y el descanso → Facilita el sueño y mejora la sensación de ligereza al final del día.
- Disminuir la fatiga física y mental → Ofrece un momento de pausa para recuperarse en días agotadores.
- Aumentar la consciencia corporal → Permite reconocer y atender puntos de tensión ocultos antes de que se conviertan en dolor crónico.
- Mejorar la postura → Al relajar los músculos, el cuerpo adopta una posición más natural y alineada, reduciendo molestias posturales.
- Optimizar la respiración → La atención consciente a la respiración la hace más fluida y profunda, lo que oxigena mejor el cuerpo y reduce la sensación de agotamiento.
- Relajar el rostro y la mandíbula → Ayuda a disminuir la rigidez facial, la tensión al apretarlos dientes, y dolores de cabeza relacionados con esta tensión.
- Aliviar la sensación de pesadez en piernas y espalda → Al soltar la carga acumulada, el cuerpo se siente más ligero y descansado.
- Tener claridad mental y enfoque → Ideal para reducir el "modo automático" y recuperar el control del propio bienestar.
- Ayudar a empezar o terminar el día con calma y bienestar → Facilita la transición entre actividades, mejorando la productividad y el estado de ánimo.
Ahora vamos al precio:
No tiene.
Bueno, al menos no es un precio económico. Te lo regalo a cambio de suscribirte a mi newsletter.
Cuando tengas este ejercicio que te propongo, pasarás a formar parte de mi lista de suscriptores.
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Espero que tengas un gran día.
Sergio.